Si hace unos años un gran número de artículos de las revistas científicas estaba dedicado a la importancia de Internet como herramienta, hoy en día, en muchos de ellos, pero también en cualquier medio de comunicación, podemos leer u oír hablar de la web 2.0 y de las redes sociales, pero… ¿sabemos realmente de qué estamos hablando?
Aunque muchas personas consideran que la Web 2.0 es solo un conjunto de herramientas o tecnologías informáticas, en realidad, es “otra forma de estar en Internet”1, que permite a los usuarios participar en la elaboración y difusión de los contenidos a través de esas herramientas, que cada vez son más fáciles de utilizar, favorecidas además por la posibilidad de hacerlo desde los dispositivos móviles.
Según Wikipedia2, las redes sociales en Internet permiten conectar conjuntos de personas a fin de compartir contenidos, interactuar y crear comunidades sobre intereses similares: trabajo, lecturas, juegos, amistad, relaciones interpersonales... Visto así, parece muy interesante, pero… ¿qué tipos de redes sociales existen? (Tabla 1).
Tabla 1. Mostrar/ocultar
A este grupo pertenecen las más conocidas entre las redes sociales, como Facebook o Twitter, la respuesta de Google a ambas, Google+, o la red social española para los más jóvenes, Tuenti. El número de usuarios o cuentas de las mismas es elevadísimo, aunque no todos sean usuarios activos:
Aunque podríamos mencionar más, nos referiremos solo a estas por su importancia. Aparte de Tuenti, que es una red española de éxito entre los más jóvenes, las más destacadas como Facebook o Twitter deben ofrecer algo interesante para que tantas personas las usen. Facebook ofrece al usuario la oportunidad de crear un perfil, que permite publicar, de manera sencilla, la información que desee, así como recibirla de otros usuarios o interactuar con ellos; permite crear grupos que pueden ser accesibles a cualquiera de los usuarios o ser más reservados; y también editar y publicar páginas web que son públicas y que pueden ser administradas por uno o varios usuarios. Twitter ofrece un servicio más sencillo: la publicación de mensajes de hasta 140 caracteres. Alguien resumió estas dos redes con una frase: “Facebook es un herramienta inteligente usada por gente simple, mientras que Twitter es un aplicación sencilla para gente inteligente”.
Tanto a nivel internacional como nacional han surgido redes profesionales que permiten poner en contacto a los profesionales y crear grupos con intereses compartidos. Entre las más conocidas está LinkedIn, con más de 175 millones de usuarios. Algunas redes profesionales médicas o sanitarias que están en marcha en nuestro país, como Ippok, MedBook o Neomed, están intentando hacerse un hueco entre los médicos, como ya ha ocurrido en otros países.
En ocasiones, diferentes personas, grupos, responsables de páginas web o asociaciones se ponen de acuerdo para poner en marcha iniciativas gracias a las posibilidades de la web 2.0 y las redes sociales. Algunos ejemplos interesantes, y donde los pediatras, de una u otra forma, hemos participado, son: Internet en la consulta: una necesidad, Gripe y calma o Mírame, diferénciate. Suelen ser iniciativas con objetivos concretos y, en general, con una fecha de caducidad.
Las sociedades y asociaciones pediátricas españolas también participan en las redes sociales, especialmente en las redes más conocidas como Facebook y Twitter; tanto es así, que, por ejemplo, la Asociación Española de Pediatría aparecía en un informe reciente como la sociedad médica española con más seguidores en Twitter (más de 4000). En cuanto a la Atención Primaria, tanto la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap) como algunas de sus federadas tienen presencia en Facebook y en Twitter, con un número de seguidores, por ahora, algo escaso en la primera de las redes y más amplio en la segunda.
Si nos referimos a las redes específicas o profesionales, la presencia de los pediatras, aun sin datos precisos, es escasa, aunque, en parte, podría deberse al éxito de otro tipo de redes que vienen funcionando con éxito desde hace años, como son las listas de distribución de correo electrónico, tanto las generalistas, como PEDIAP, como las que dependen de las sociedades autonómicas de la AEPap, que permiten compartir información, recursos o casos clínicos entre profesionales.
Aunque no es sencillo conocer el grado de utilización de las redes sociales por parte de los pediatras españoles, sí disponemos de estos datos de 2011 en Argentina, gracias a los resultados de una encuesta realizada al efecto3, en la que se concluía que los pediatras utilizaban Internet para buscar información y que a pesar de que conocían y usaban las redes sociales como Facebook o Twitter, sobre todo los más jóvenes, no las empleaban para establecer colaboraciones profesionales.
Entre los pediatras españoles, al menos de Atención Primaria, el autor tiene la impresión de que el uso de Twitter como herramienta profesional está más consolidado que el de Facebook.
No cabe duda de que la salud es una de las principales preocupaciones de la población y así lo reflejan las búsquedas en Internet sobre este tema. Por otra parte, las redes sociales se han convertido en una oportunidad para las personas interesadas en temas de salud y, de manera particular, para algunos pacientes. Algunos ejemplos de esto son redes como PatientsLikeMe o Patient Opinion, el recurso para los pacientes del National Health Service británico, donde los pacientes pueden comentar su experiencia como enfermos o como usuarios del sistema sanitario.
En España, una experiencia interesante es El médico de mi hij@, un grupo de Facebook en el que participan pediatras, profesionales y padres, compartiendo información.
Las posibilidades que ofrecen las redes sociales, sean de un tipo u otro, son tantas como imaginación tengan sus usuarios.
Facebook es una estupenda plataforma, por ejemplo, para crear páginas web de manera sencilla, bien de una sociedad, de una revista, de un grupo de trabajo o de un acontecimiento, como un curso o un congreso; pero también para crear grupos en los que los profesionales puedan participar. Además, facilita el contacto con la población, aumentando la accesibilidad.
Twitter permite, entre otras posibilidades, publicar las novedades de una página web, incluso de manera automática, compartir y comentar noticias u otros mensajes, hacer el seguimiento de un acontecimiento a través de una cuenta específica o gracias a las conocidas etiquetas o hashtags, como ya ha hecho en varias ocasiones la AEPap.
Aunque hemos hablado de las posibilidades de las redes sociales, también es fácil entender que las sociedades y los pediatras tengan algunas reticencias al uso de las mismas. El hecho de utilizar herramientas de una empresa cuyo fin es, no lo olvidemos, obtener beneficios, a través, por ejemplo, de la publicidad, que puede modificar las condiciones de uso de las mismas y que están fuera del control del usuario puede ser un obstáculo.
La privacidad de los datos de los participantes en las redes sociales, así como de los contenidos que no sean públicos, puede ser otra fuente de dudas y temores.
Por otra parte, los derechos sobre la propiedad de los materiales publicados, que pueden ser difíciles de recuperar, a pesar de que, en algunos casos, es posible realizar copias de seguridad, puede ser causa de preocupación entre los usuarios.
También puede serlo la necesidad de depender de algunos profesionales más avezados en el funcionamiento de las redes sociales y que estén al tanto de las posibilidades de las mismas, así como de las novedades.
La accesibilidad de los usuarios puede llegar a ser un problema, porque puede obligar a los responsables de las redes sociales a dar respuesta rápida a comentarios o preguntas de los usuarios o a reaccionar ante la publicación de comentarios inadecuados o fuera de tono.
Las redes sociales son una estupenda herramienta de comunicación entre profesionales y con la población. Las sociedades y asociaciones pediátricas deberían apostar por ellas, sean generalistas, específicas u oportunistas, porque casi todo son ventajas, con escaso coste, al menos, en dinero, y bajo riesgo, pero con mucho que ganar en su objetivo de darse a conocer como organización y divulgar la actividad que desarrollan. Para los pediatras, son una oportunidad de comunicarse con otros colegas y, ¿por qué no?, con las adecuadas precauciones, con la población o con nuestros pacientes y sus familias.
De la misma manera que el correo electrónico y los dispositivos móviles se han hecho imprescindibles en nuestras vidas, las redes sociales serán, si no lo son ya, una necesidad para todos nosotros.