Niño de dos años que acude a la consulta por alopecia.
Se explica a los padres la naturaleza benigna y no progresiva del cuadro, no precisando en el momento actual tratamiento. Se les informa de que, si es necesario, se puede valorar más adelante.
Figura 1. Mostrar/ocultar
La alopecia triangular congénita, también llamada alopecia temporal triangular o nevus de Brauer, fue descrita por primera vez por Sabouraud en 19051.
Se trata de una condición benigna, no progresiva y poco conocida, probablemente más por infradiagnóstico y por la escasez de publicaciones que por su frecuencia, en alguna publicación se sitúa en torno al 0,11% de las consultas de Dermatología2,3, es más común en la raza blanca, sin predilección de sexo3-5 y se ha sugerido una herencia paradominante, que explica que sea de aparición esporádica3,6.
Consiste en una placa de alopecia circunscrita, permanente y asintomática3,4,7-11 cuya patogenia es desconocida3,9,10,12, pues no se conoce el estímulo que produce la regresión folicular irreversible. La histopatología muestra unos folículos pilosebáceos hipoplásicos sin alteraciones inflamatorias ni cicatriciales añadidas; siendo el número de folículos pilosos normal pero todos de carácter velloso2,3,5,8-12; con presencia de glándulas sebáceas normales en número y tamaño2,11,12.
El diagnóstico es fundamentalmente clínico, solo precisa estudio histológico en los escasos casos de duda diagnóstica3,8.
Se han descrito casos asociados a otros trastornos como síndrome de Down, leuconiquia, facomatosis pigmentovascular, nevus de cabello lanoso, hiperpigmentación sectorial del iris, retraso mental, epilepsia, malformación de Dandy-Walker, síndrome de Leopard, aplasia de cutis congénita2,3, síndrome GLH (craneosinostosis, displasia cerebelosa, displasia trigeminal y retraso mental)12 y otros síndromes polimalfomativos (cardiopatía congénita y anormalidades renales y genitales), que posiblemente sean asociaciones casuales, aunque algunos autores consideran que las alteraciones neurológicas del desarrollo y la facomatosis pigmentovascular no son simples asociaciones casuales3.
La alopecia triangular congénita o temporal triangular puede pasar desapercibida en las consultas de Pediatría o confundirse con otro tipo de alopecias, lo que daría lugar a derivaciones o tratamientos innecesarios o perjudiciales.
Las manifestaciones clínicas de este cuadro son características y consisten en el hallazgo de una placa de alopecia circunscrita, no inflamatoria ni cicatricial, más habitualmente de forma unilateral (80%) que bilateral (20%)2,3,5,8. Su localización preferente es frontoparietotemporal, aunque existen casos descritos en otras localizaciones como la occipital3,8. Se caracteriza por ser asintomática y permanente, de crecer lo haría en la misma proporción que el resto del cuero cabelludo9. Puede estar presente desde el nacimiento o desarrollarse en los primeros meses de vida, haciéndose evidente habitualmente en los nueve primeros años de vida7 o, menos frecuentemente, en la adolescencia o en la edad adulta3,8,9; por ello, en la actualidad se tiende a considerarla adquirida más que congénita9,12.
La forma de la lesión es triangular con los ángulos romos pero también ovalada o redonda2,3-5,8-11.
En el interior de la lesión se aprecia una piel normal con ausencia de pelos terminales y la existencia de pelos finos vellosos2,3-5,9,11 que se pueden apreciar mejor con lupa9. En los bordes de la lesión puede haber pelos terminales raleados que se mezclan con el pelo del cuero cabelludo normal5.
El diagnóstico se basa en su naturaleza estable, su clínica característica, su localización y el aspecto normal de la piel afecta, no siendo necesario habitualmente su estudio histopatológico3,8,9.
El diagnóstico diferencial debe realizarse con otras causas de alopecia circunscrita no cicatrizal, especialmente con la alopecia areata2-5,7-12, que se caracteriza por no ser estática, poder regresar espontáneamente o con tratamiento, tener pelos en signo de exclamación y pilotracción positiva3. Y menos frecuentemente con:
Únicamente en caso de duda diagnóstica, se recurrirá al estudio histopatológico, necesario en muy pocas ocasiones3,8,9.
Al tratarse de un cuadro benigno y estable, en primer lugar debemos explicar la naturaleza del proceso y tranquilizar al niño y su familia. Si se precisara por motivos estéticos y/o psicológicos, las opciones a considerar serían la cirugía con la extirpación completa de la placa alopécica o el trasplante de pelo con unidades foliculares2-4,9-12.
El tratamiento con minoxidil o corticoides tópicos o intralesionales no ha resultado eficaz, motivo por el que no se considera una alternativa terapeútica8-10,12.