La LVN es una patología benigna y autolimitada, poco frecuente en Pediatría. Su prevalencia varía entre el 0,6 y el 11%, aumentando con la edad debido a la mayor presencia de factores desencadenantes, existiendo pocos casos pediátricos descritos1,2.
Se caracteriza por la hipertrofia de las papilas filiformes linguales, con una importante acumulación de queratina, otorgándole el aspecto velloso.
Lactante de 39 días de vida, sin antecedentes familiares ni personales de interés. A los 30 días de vida los padres refieres la aparición de una lesión grisácea negruzca en la lengua. Toma lactancia materna exclusiva. La madre no refiere ingesta de fármacos. En la exploración, la lengua tiene aspecto velloso, con hipertrofia de papilas gustativas de coloración negruzca en las zona central y dorsal, respetando el tercio anterior, posterior y los bordes (Figura 1). No presenta lesiones en la mucosa yugal ni en el resto de la cavidad bucal. El niño se encuentra asintomático. Los cultivos fúngicos y bacterianos fueron negativos. El diagnóstico clínico sugiere una lengua vellosa negra (LVN).
Figura 1. Lengua vellosa negra en un lactante. Mostrar/ocultar
La lengua vellosa negra es infrecuente en Pediatría y esta infradiagnosticada, existen pocos casos descritos1,2. Conocer esta entidad y su carácter autolimitado y benigno evitaría tratamientos y derivaciones innecesarias.
La LVN es una entidad benigna caracterizada por la hipertrofia de las papilas filiformes, con un importante acumulo de queratina, que producen el aspecto característico velloso en el dorso de la lengua. La coloración puede variar entre gris, negra, marrón, amarilla o verde3.
La coloración oscura variable de la LNV se atribuye a la acción de diferentes factores4,5:
El diagnóstico es clínico, mediante la observación de la lengua, siendo características la hipertrofia de las papilas filiformes y la localización dorsomedial de las lesiones3,4,6.
Hay que diferenciarla de la simple pigmentación de la lengua sin hipertrofia de las papilas ni hiperqueratosis, de las infecciones fúngicas (muguet, son pseudomembranas blanco amarillentas) y en adultos de la leucoplasia oral vellosa (pacientes positivos al virus de la inmunodeficiencia humana, que se localizan preferentemente en caras laterales y suelen ser blanquecinas).
La coloración de las papilas filiformes por pigmentos oscuros contenidos en ciertos alimentos (tinta de calamar y otros) pueden dar una imagen similar, pero son temporales y raramente llega a plantear el diagnóstico diferencial.
El diagnóstico clínico precisa únicamente el examen de la cavidad bucal4. Se pueden considerar los cultivos fúngicos y bacterianos para descartar sobreinfecciones. Aunque no suele requerir biopsia de la lengua ya que las lesiones son características, en alguna ocasión puede ser necesaria para confirmar el diagnóstico anatomopatológico.
La primera medida terapéutica de la LVN consiste, en caso de existir y si es posible, en corregir los factores desencadenantes que la han motivado (candidiasis, fármacos, tabaco).
Aunque puede resolverse espontáneamente, se recomienda evitar los factores desencadenantes5,6, una buena higiene bucal y en algunos casos se requiere el uso de queratolíticos (ácido retinoico al 0,1%, urea al 20-40%) así como el empleo de antibióticos y/o antifúngicos en caso de sobreinfección6.