La Carta de los Derechos del Niño Hospitalizado promulga el derecho a que el niño solo se hospitalice en el caso de que no pueda recibir cuidados en su casa o en un centro de salud. El Decálogo del Niño Ingresado empieza así: “No me ingreses si no es absolutamente necesario”, y termina: “Dame de alta lo antes posible”. Este derecho y peticiones son la razón de ser de la hospitalización a domicilio pediátrica (HADOP).
La HADOP es una alternativa a la hospitalización tradicional, capaz de proporcionar asistencia de rango hospitalario en el domicilio del paciente cuando este ya no precisa de la infraestructura hospitalaria pero sí vigilancia activa y asistencia compleja. Para ello se sirve de su domicilio como lugar en donde realizar la actividad asistencial y llevar a cabo las terapias y cuidados necesarios, convirtiéndolo así en un arma terapéutica. Permite permanecer en su domicilio a enfermos de patologías tanto crónicas como agudas, rodeados de sus familiares y en su entorno, sin dejar de recibir la atención especializada que precisan.
A pesar de que este sistema lleva ya 30 años desarrollándose en adultos, su implantación en la edad pediátrica aún es escasa a nivel nacional y está muy lejos de lo que sería deseable. Así, actualmente solo hay cinco unidades en funcionamiento: en el Hospital Universitario Carlos Haya de Málaga, el Hospital Universitario de Alicante, el Hospital Universitario de Cruces de Bilbao, el Hospital Universitario Virgen de la Arrixaca de Murcia y el Hospital Universitario La Fe de Valencia.
Los objetivos generales de la HADOP son:
Los beneficios que puede aportar la HADOP son:
Los requisitos para ingresar en la HADOP son:
El tipo de pacientes o situaciones clínicas que habitualmente pueden beneficiarse de este tipo de asistencia son los siguientes: