Son test rápidos, sencillos y fiables, para la detección cualitativa de antígenos de rotavirus (RV) en muestras de heces humanas. Frecuentemente incluyen también la detección de antígenos de adenovirus.
Los métodos más habituales son técnicas inmunológicas, enzimoinmunoensayo (EIA), aglutinación con látex y, más recientemente, inmunocromatografía. Según la evaluación de procedimientos microbiológicos de la Sociedad Española de Inmunología y Microbiología Clínica (SEIMC), la EIA tiene una sensibilidad del 96% y una especificidad del 99% pero es un procedimiento largo que requiere equipo específico, mientras que la inmunocromatografía es una de las más utilizadas, al no requerir instrumental especial y presentar valores de sensibilidad y especificidad muy similares al EIA1,2.
Otros métodos para detectar rotavirus, como la inmunomicroscopía electrónica, necesitan apoyo de laboratorio especializado. Técnicas moleculares como la transcripción reversa y reacción en cadena de la polimerasa (RT-PCR) se han generalizado como método de laboratorio para la detección de RV en heces y en otras muestras clínicas, suero y líquido cefalorraquídeo (LCR).
Existen numerosos test comercializados basados en la inmunocromatografía. La prueba se realiza mediante un dispositivo que contiene un pocillo, donde la muestra se mezcla con un conjugado unido a anticuerpos monoclonales antirrotavirus y, según la prueba, también antiadenovirus.
Requieren una mínima manipulación, son rápidas, se obtienen resultados entre 10 y 30 minutos, y son sencillas de realizar e interpretar, como se puede observar en la breve descripción que se adjunta en la Figura 1.
Figura 1. Instrucciones para realizar el test. Mostrar/ocultar
Los RV son el principal agente causal de gastroenteritis (GEA) con deshidratación en niños menores de 5 años, aunque también puede afectar adultos y ancianos. La distribución es universal, la prevalencia más alta en meses fríos y la transmisión es fecal oral, pero se ha observado que ni la mejora de las condiciones higiénico-sanitarias ni la lactancia materna son suficientes para evitar su transmisión, por lo que afecta de igual manera a los niños de países industrializados. Solo la vacunación se ha mostrado eficaz en su prevención; la vacunación universal es recomendable3.
Se han identificado varios subtipos de RV denominados desde la A hasta la H; solo los grupos A, B, y C infectan a los seres humanos y el grupo A es el más común.
Los adenovirus, después de RV y norovirus, son los principales patógenos de la GEA vírica. Se agrupan en 6 especies (de la A a la F) con más de 50 serotipos. Las infecciones intestinales son causadas predominantemente por los serotipos de adenovirus 40 y 41 (especie F). Aunque la prevalencia es variable, se detectan adenovirus en el 4-14% de muestras de heces de niños con GEA4.
El espectro clínico de la infección por RV presenta límites amplios: puede cursar de manera asintomática, dar lugar a una diarrea acuosa con duración limitada, pero también diarrea grave con vómito, fiebre y deshidratación. Estudios más recientes han mostrado cómo la infección por RV puede causar enfermedad sistémica5.
La gravedad de las manifestaciones clínicas depende del serotipo o subtipo, la edad y condiciones previas de salud, pero es más grave si la GEA está producido por RV que si lo es por otro virus. En la Tabla 1 se muestran las diferencias clínicas entre GEA por rotavirus y otra etiología. Se observó en este estudio que los casos de deshidratación se produjeron solo en pacientes no vacunados4.
Tabla 1. Resumen de las características principales de los pacientes incluidos en el estudio. Comparación en función de que su etiología fuese o no por rotavirus4.
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Aunque en los países desarrollados no es causa habitual de muerte, sí que provoca una alta morbilidad y un coste económico directo e indirecto alto6 y es causa frecuente de consulta de primer nivel y urgencias hospitalarias. Se considera que 1 de cada 70 casos va a requerir asistencia hospitalaria.
Dada la falta de especificidad de la sintomatología, que no permite un diagnóstico etiológico en aquellos casos en que sea conveniente su identificación, la detección se realiza únicamente mediante técnicas de análisis.
El diagnóstico rápido del agente etiológico permite instaurar el tratamiento adecuado, que en el caso de la GEA por RV es de sostén, realizando una rehidratación adecuada y administrando probióticos orales 7, y evita el uso innecesario de antibióticos8.
Asimismo, permite implantar medidas preventivas para evitar la transmisión comunitaria, y en el caso de pacientes hospitalizados, la infección nosocomial, que afecta sobre todo a pacientes ingresados por enfermedades respiratorias, dada la coincidencia estacional del rotavirus con el virus respiratorio sincitial. En niños hospitalizados por GEA se ha encontrado hasta un 50% de muestras positivas de rotavirus4.
Sin embargo, dado que es conocido que la mayor parte de los casos de GEA en menores de 5 años son víricos, no se recomienda realizar de forma sistemática a todos los casos atendidos en el primer nivel un test rápido, pues en la mayoría de los casos no va a cambiar de entrada las recomendaciones terapéuticas, encarece la asistencia y aumenta la carga asistencial del personal sanitario, debiendo seleccionar de forma individualizada aquellos pacientes que por su situación clínica puedan considerarse de más riesgo de presentar complicaciones, como lactantes no vacunados, pretérminos9 o afectos de malnutrición, déficits inmunitarios o enfermedades crónicas, sobre todo, respiratorias, que conlleven hospitalizaciones frecuentes. También aquellos niños que, por sus circunstancias sociales desfavorecidas, convivencia con familiares inmunocomprometidos o por su dificultad en acceder a servicios de Urgencias, requieran una vigilancia más estrecha. Recordemos que el rotavirus es causa más frecuente de GEA grave que otras etiologías 4.
Se han realizado múltiples ensayos para comprobar la sensibilidad y especificidad de las diferentes pruebas de ICT comercializadas, comparándolas con los resultados obtenidos en las mismas muestras de heces con RT-PCR1,2,8,10.
Aunque en algún estudio se observó, de forma inesperada, baja especificidad de uno de los test para detectar rotavirus (Vikia Rota-Adeno, bioMérieux, Francia), mostrando un número de falsos positivos en población con alta cobertura vacunal10, revisiones posteriores más recientes mostraron alta sensibilidad y especificidad de diferentes ensayos comerciales analizados, entre los que se incluyó el test Vikia Rota-Adeno1,2,8. En la Tabla 2 se adjuntan los resultados de uno de los últimos análisis en los que se resumen sensibilidad, especificidad, cociente de probabilidad positivo (CPP) y cociente de probabilidad negativo (CPN) de 7 pruebas comerciales de ICT1.
Tabla 2. Exactitud diagnóstica de los siete ensayos ICT de rotavirus calculados utilizando 253 muestras de heces1. Mostrar/ocultar
En el estudio mencionado, la sensibilidad agrupada de los siete métodos de ICT fue de 75,3 (72,1-78,3) y la especificidad de 99,6 (99,0-99,9), el CPP fue alto (36,8 a 224,4), y el CPN fue bajo (0,221 a 0,312), lo que permite valores de odds ratio de diagnóstico altos (158,7-1013,3). La capacidad para detectar RVA está directamente relacionada con la carga viral, ya que las muestras falsas negativas, tenían una carga viral significativamente menor y correspondían a individuos asintomáticos. Las cepas predominantes fueron G9P [8] (34,5%) y G1P [8] (33,6%). No se observaron reacciones cruzadas con los otros virus entéricos probados1.
Es importante conocer la situación epidémica, pues puede influir en la fiabilidad del test cuando la prevalencia de la enfermedad es baja; fuera de la estación epidémica, el valor predictivo positivo es más bajo y es más probable que se obtengan falsos positivos.
En conclusión, las precisiones diagnósticas de las pruebas de ICT para la detección de RVA son similares, y todas son adecuadas para el diagnóstico rápido de RVA en individuos con síntomas de GEA. Sin embargo, la incapacidad para identificar individuos asintomáticos podría plantear dudas sobre su utilidad en prevención y el control de la transmisión del RVA, por ejemplo, en infecciones nosocomiales. Cuando es necesario detectar cargas virales bajas, se debe considerar RT-qPCR debido a su mejor sensibilidad1,2,8.
Es importante seguir unas normas básicas:
Adjuntamos un ejemplo de lectura de uno de los test de ICT en la Figura 2.
Figura 2. Ejemplo de lectura de uno de los test. Mostrar/ocultar
En este artículo se evalúan siete pruebas de ICT, comparando los resultados obtenidos con los observados con técnicas moleculares como la transcriptasa inversa PCR. El resultado es que todas dan resultados fiables.
Es interesante pues ayuda a concienciar de la carga que supone la GEA por rotavirus en nuestro medio, que con frecuencia se tiende a infravalorar. Es importante el diagnóstico para mejorar la calidad asistencial y disminuir los costes.
Se realiza una revisión de niños afectos por GEA en nuestro medio. Se describen las características que presentan, incidiendo en la mayor gravedad de la GEA por rotavirus. Es importante por ello el diagnosticar el agente etiológico en pacientes de más riesgo de presentar complicaciones.