Adrenarquia se refiere a la aparición de signos clínicos como vello púbico (pubarquia) o axilar (axilarquia) o incremento del olor corporal apocrino. Se considera prematura si sucede antes de los 8 años en niñas y de los 9 años en niños. Estos signos físicos son secundarios a un aumento de los precursores adrenales androgénicos en la infancia, principalmente DHEA-S, tras un cambio madurativo funcional de la corteza suprarrenal.
La adrenarquia prematura es un motivo de consulta frecuente en las consultas de Pediatría, pero se desconoce exactamente la prevalencia en la población general. Se estima una ratio de 9 niñas por cada niño varón. La mayoría de los casos son benignos y autolimitados, seguidos de una pubertad normal. Es más frecuente en niñas de raza negra, en obesos e insulinorresistencias.
El pediatra de Atención Primaria debe estar familiarizado con el manejo de la adrenarquia prematura, realizando un enfoque inicial correcto para evitar derivaciones innecesarias a Endocrinología Pediátrica y ser capaz de detectar con rapidez trastornos que indiquen un estudio más extenso o tratamiento.
En la glándula suprarrenal se diferencian dos zonas anatómicas: la médula adrenal que segrega catecolaminas (adrenalina, noradrenalina, dopamina) y la corteza suprarrenal, que a su vez se divide en tres zonas concéntricas bien diferenciadas:
Durante la vida fetal, la glándula adrenal es un órgano funcionalmente activo produciendo niveles de DHEA-S elevados, pero tras el nacimiento la zona reticular involuciona, disminuyendo así los niveles de androstendiona y de DHEA. Posteriormente, a partir de los 5-6 años existe un cambio morfológico y funcional de la zona reticular que da lugar a la adrenarquia con liberación de andrógenos como DHEA-S y 17-OH-progesterona.
Conviene repasar la esteroidogénesis pues la deficiencia de las enzimas implicadas puede suponer la aparición de un hiperandrogenismo por acúmulo de metabolitos (Figura 1).
Figura 1. Esteroidogénesis suprarrenal. Mostrar/ocultar
Es la causa más frecuente de adrenarquia prematura y se considera una variante de la normalidad. Existe una presentación clínica más marcada, que se conoce como “exagerada”. Se asocia con riesgo de padecer SOP, insulinorresistencia y síndrome metabólico del adulto. La etiología de la API es desconocida; aunque no se han establecido bases genéticas convincentes, se han descrito polimorfismos de genes involucrados en el sistema del factor de crecimiento insulínico, relacionados con insulina o receptor de andrógenos. Por otro lado, el sobrepeso, la obesidad, el hiperinsulinismo, pequeño para la edad gestacional (PEG) y la prematuridad se han descrito como factores predisponentes. Se postula como un evento clave desde el punto de vista molecular la fosforilación del CYP17A1, aumentando su actividad liasa y favoreciendo así la producción de andrógenos adrenales. Es posible que muchos de los factores ambientales, nutricionales u hormonales implicados participen en este incremento enzimático. También se ha descrito mayor sensibilidad de los tejidos periféricos a la acción androgénica.
Son menos frecuentes pero su naturaleza progresiva requiere especial vigilancia.
Los trastornos virilizantes puros-francos (por tumores ováricos o adrenales) se sospechan por el rápido desarrollo de vello sexual, acné que requiere tratamiento farmacológico, aumento de musculatura, voz grave y, en chicas, clitoromegalia. Las concentraciones séricas de testosterona y DHEAS están muy por encima del rango normal. Este exceso androgénico produce adelanto significativo de la edad ósea.
Los trastornos virilizantes leves-moderados cursan con progresión de pubarquia, crecimiento y edad ósea de forma más lenta y las concentraciones de DHEAS están en el rango alto de la normalidad. Dentro de estos destaca por su frecuencia la hiperplasia suprarrenal congénita (HSC).
Es un trastorno hereditario de la esteroidogénesis suprarrenal de cortisol, de diagnóstico tardío, ya que el déficit enzimático es parcial. Se debe a mutaciones que producen hiperandrogenismo moderado en forma de adrenarquia prematura (sobre todo pubarquia). No presentan ambigüedad genital ni existe riesgo de insuficiencia adrenal precoz.
Se conocen siete formas clínicas en función del déficit enzimático con diversos grados de afectación:
Solo mencionar la forma clásica o grave, de diagnóstico neonatal, ante la presencia de ambigüedad genital en niñas o macrogenitosomía en niños. También llamada “pierde sal”, en ausencia de tratamiento produce una crisis adrenal grave con vómitos, deshidratación hiponatrémica, hipotensión y shock a los 7-14 días de vida. Esta forma no plantea un diagnóstico diferencial con la adrenarquia prematura.
Varias formas de síndrome de Cushing debidas a hiperplasia adrenal se asocian en ocasiones a virilización infantil. Algunos casos son por formas hereditarias de hiperplasia adrenocortical y otros por trastornos dependientes de ACTH de inicio tardío.
Se han descrito casos de pubarquia prematura secundaria al contacto pasivo con los cuidadores que utilizan preparaciones tópicas de andrógenos como terapia hormonal sustitutiva o como ayuda para la función sexual o muscular. Los anabolizantes esteroideos también pueden producir pubarquia prematura y clitoromegalia.
Tradicionalmente, hablar de adrenarquia era sinónimo de pubarquia. Hoy día, aunque la pubarquia continua siendo la principal manifestación clínica, se considera que el signo precoz más sensible a la acción androgénica es el olor corporal apocrino. El término adrenarquia también implica cambios como cabello graso, seborrea cutánea, acné y comedones. Puede asociar aceleración de la velocidad de crecimiento con aumento de la maduración ósea, para lo que es esencial la valoración con una edad ósea (EO).
El diagnóstico requiere la demostración bioquímica de elevación de marcadores androgénicos séricos (DHEA-S >40 µg/dl) antes de los 8 años en niñas y de los 9 en niños (Figura 2).
Figura 2. Algoritmo diagnóstico de adrenarquia prematura. Mostrar/ocultar
Anamnesis: la descripción de los signos y síntomas clínicos debe ser detallada (rapidez de instauración, tiempo de evolución, signos de virilización o pubertad), antecedentes personales (PEG, prematuridad, obesidad, enfermedades metabólicas…) y antecedentes familiares (etnia o raza, país de procedencia, datos del desarrollo puberal, enfermedades endocrinas, tratamientos…).
Exploración física completa: datos antropométricos con medición precisa de la talla, peso, índice de masa corporal y velocidad de crecimiento. Toma de presión arterial y descripción minuciosa del vello (distribución, características en color, grosor), del desarrollo mamario y genital (incluyendo palpación de testes).
Edad ósea: es la prueba diagnóstica básica más importante. Debe ser interpretada por un médico entrenado con experiencia.
En caso de existir signos importantes de virilización o si la EO está adelantada, es preciso determinar niveles basales de hormonas, por lo que convendría, llegados a este punto, derivar a consulta de Endocrinología Pediátrica.
Analítica básica: hemograma, bioquímica, perfil tiroideo, lipídico y del metabolismo hidrocarbonado. Si la adrenarquia prematura se acompaña de hipertensión arterial y sobrepeso, solicitar cortisol libre urinario en orina de 24 horas para despistaje de síndrome de Cushing.
Dehidroepiandrosterona-sulfato (DHEA-S): en la API los niveles de DHEA-S estarán por encima de los valores prepuberales, pero en rango de 40-115 µg/dl. Niveles de DHEA-S >700 µg/dl son característicos de la deficiencia de 3-β-hidroxiesteroide deshidrogenasa o de los tumores adrenales virilizantes (síntesis exclusivamente suprarrenal).
Testosterona: la API suele cursar con testosterona <20 ng/dl (0,7 nmol/l). Cifras elevadas sugieren patología tumoral gonadal pues la síntesis es prácticamente testicular u ovárica.
Androstendiona: síntesis suprarrenal y gonadal. En la API los valores son normales y ligeramente elevados en la HSC no clásica.
Hormona luteinizante (LH) y hormona foliculoestimulante (FSH): en niños con adrenarquia prematura parece prudente medir estas hormonas para descartar una verdadera pubertad precoz.
17-hidroxiprogesterona (17-OHP): de síntesis suprarrenal y ovárica. La determinación de 17-OHP basal es un buen test de cribado para la HSC. Realizar la extracción por la mañana temprano es muy importante, ya que los niveles de 17-OHP disminuyen rápidamente durante el curso del día. Los resultados se pueden interpretar de la manera siguiente:
La indicación de pruebas funcionales la establecerá el especialista en Endocrinología, no obstante, conviene conocerlas para la correcta interpretación de resultados.
Test de estimulación con ACTH: es la prueba definitiva para establecer el diagnóstico o excluir una HSC. Se solicita en pacientes con adrenarquia prematura y edad ósea adelantada si las pruebas complementarias arrojan resultados atípicos para una adrenarquia prematura idiopática (por ejemplo, DHEA-S >115 µg/dl, testosterona >20 ng/dl o elevación de 17-OHP matutina >200 ng/dl). El test se lleva a cabo usando ACTH 1-24 sintética (Cosyntropin®) intravenosa con dosis estándar de 250 µg y obteniendo muestras de sangre antes de la infusión de ACTH, 30 y 60 minutos después. Se determina la 17-OHP por su mayor rentabilidad diagnóstica, ya que la HSC por déficit de 21-hidroxilasa es la variante más frecuente. Se pueden medir también la 17-OH-pregnenolona y el 11-desoxicortisol si la sospecha es HSC por déficit de 11-β-hidroxilasa o 3-β-hidroxiesteroide deshidrogenasa. De rutina, además, se solicita la medición de cortisol para validar el test (cortisol >20 µg/dl). Niveles de 17-OHP >1000 ng/dl son sugestivos de déficit de 21-hidroxilasa y un pico >1500 es confirmatorio. Si el test de ACTH ha indicado una HSC, el tratamiento sustitutivo con glucocorticoides corregirá la patología y confirmará a su vez el diagnóstico.
Test supresión con dexametasona: se realiza administrando dexametasona a dosis de 1 mg/m2/día durante 4 días y en la mañana del quinto día se obtienen muestras de cortisol, DHEA-S y andrógenos. Sirve para distinguir entre un tumor virilizante (en el que no se consigue supresión androgénica pero el cortisol disminuirá) de otras formas de virilización como la HSC o la adrenarquia exagerada (donde existirá supresión del DHEA-S >75% y de cortisol). En el síndrome de Cushing o resistencia a glucocorticoides no se suprime ninguno normalmente.
Pruebas de imagen: la ecografía es el estudio radiológico inicial para despistaje de neoplasias adrenales, escrotales o pélvicas, aunque la capacidad de detección de neoplasias pequeñas es radiólogo dependiente. La tomografía computarizada y la resonancia magnética permiten una visualización más detallada de tumores.
Estudios genéticos: específicos según el déficit enzimático sospechado.
El tratamiento de la adrenarquia prematura debe ser el mismo que el de la causa subyacente: extirpación quirúrgica de tumor virilizante, tratamiento médico sustitutivo con glucocorticoides en caso de HSC, retirada de fármaco en iatrogénicas, etc.
Si se trata de adrenarquia prematura idiopática no existe tratamiento específico, ya que es considerada como un proceso benigno variante de la normalidad.
Se debe informar y tranquilizar a los familiares, ya que estos niños tendrán una pubertad normal y alcanzarán una talla adulta acorde a la talla familiar. Conviene, además, explicarles los signos clínicos que indicarían virilización o pubertad precoz. Se proporcionarán consejos dietéticos y de ejercicio físico, pues la adrenarquia prematura se asocia a obesidad, síndrome metabólico y resistencia a insulina. Además, se podrá valorar el estudio de diabetes tipo 2 en los padres si hay historia familiar de esta patología.
Las niñas con adrenarquía prematura idiopática conllevan un riesgo aumentado del 15-20% de desarrollar SOP, por lo que se recomienda seguir a los pacientes hasta el final de la pubertad. Se puede aconsejar el uso de desodorantes o depilación y debemos estar muy pendientes a la repercusión psíquica que pueda ocasionar la adrenarquia en estos niños, ofreciendo soporte psicológico si lo precisan.
Para profundizar el tema de la hiperplasia suprarrenal congénita, os recomiendo este capítulo muy bien expuesto y de lectura rápida.
Es importante conocer los criterios diagnósticos de pubertad precoz tanto central como periférica. Aunque no es objeto de este tema, es recomendable su lectura para el diagnóstico diferencial con adrenarquia prematura.