Varón de 8 años de edad que acude a la consulta de Pediatría de Atención Primaria por inapetencia y cambio en el comportamiento de 3 días de evolución. Como antecedente personal, cabe destacar el diagnóstico previo de un trastorno del espectro autista (TEA) sin lenguaje verbal expresivo. Se ha mantenido afebril y carece de clínica digestiva o respiratoria. La familia le nota incómodo y lo relaciona con una posible molestia abdominal. La exploración física resulta difícil por la falta de colaboración, aunque se encuentra aparentemente dentro de la normalidad. Presenta un abdomen blando y depresible, objetivándose solamente cierta defensa voluntaria a la palpación. Ante sospecha de dolor abdominal, y teniendo en cuenta la información no tranquilizadora aportada por los padres, se decide realizar una PCR capilar para determinar la gravedad del proceso. Se obtiene un resultado de 114 mg/dl, por lo que se deriva a Urgencias Hospitalarias. Se completa estudio con extracción de analítica sanguínea que demuestra elevación de PCR hasta un valor de 114,5 mg/dl (muy similar a la cifra observada en la muestra capilar) y una ecografía abdominal alterada, llegando a un diagnóstico final de apendicitis retrocecal.
Las pruebas de análisis de diagnóstico inmediato o Point-of-care testing (POCT) son pruebas de diagnóstico médico que se definen por el lugar en el que se llevan a cabo. Se realizan fuera del laboratorio centralizado y son sencillas, poco invasivas y útiles en la toma de decisiones. Dentro de ellas, se encuentra la proteína C reactiva (PCR) obtenida mediante muestra capilar. La PCR es un reactante de fase aguda, sintetizado en el hígado en respuesta a citoquinas liberadas durante los procesos inflamatorios (la IL-6 y la IL-1β). Es un modulador inmunitario que induce la activación del complemento, la apoptosis celular y la amplificación de la señal inflamatoria. Se utiliza como biomarcador, dado que se eleva en sangre periférica a las 4-6 horas del inicio del proceso infeccioso, alcanzando su valor máximo a las 24-48 horas, resultando útil para diferenciarlo de otros procesos no inflamatorios. La PCR capilar es cómoda, rápida, de bajo coste y ofrece una adecuada correlación con la PCR venosa1-5. Puede ser útil en contexto de fiebre sin foco, neumonía6 o ante dudas en el grado de gravedad (manifestándose, incluso, en publicaciones recientes, su posible utilidad como indicador de patología hematológica grave en pacientes con cifras de PCR capilar inmensurables)7. Todavía no hay estudios concluyentes, pero es una herramienta accesible que ayuda a identificar a aquellos pacientes que podrían beneficiarse de un tratamiento antibiótico. A día de hoy, aunque es necesario definir un punto de corte y establecer la seguridad y eficacia de sus algoritmos, permite tomar decisiones rápidas en Atención Primaria, además de ayudar a monitorizar la respuesta terapéutica, disminuyendo la derivación hospitalaria y optimizando el uso de antibióticos6.