La fiebre es probablemente uno de los motivos de consulta más frecuentes en Pediatría de Atención Primaria. En la mayoría de los casos, la fiebre es secundaria a procesos virales banales. Sin embargo, la fiebre alarma mucho a los padres y también a algunos médicos.
La utilización de medicamentos para combatir este signo clínico se ha convertido en una práctica habitual. Los fármacos más usados con este fin son el ibuprofeno y el paracetamol, que suelen utilizarse bien en monoterapia, bien de forma combinada intercalando uno y otro cada 3-4 horas.
Recientemente, se ha publicado una revisión sistemática con el objetivo de determinar la eficacia de ibuprofeno y paracetamol, administrados de forma combinada, frente a la administración de uno solo de ellos para disminuir la fiebre y mejorar el estado general del niño1. Dicho estudio ha sido objeto de una valoración crítica en la revista electrónica Evidencias en Pediatría2.
En esta revisión sistemática no fue posible realizar un análisis combinado de los resultados de los estudios incluidos debido a la heterogeneidad clínica existente entre ellos. Ningún estudio constató diferencias significativas en el descenso de la temperatura en las primeras tres horas de seguimiento. A las cuatro horas se constató, en dos estudios, un descenso estadísticamente significativo (aunque de poca importancia desde el punto de vista clínico) de 0,6 °C en el grupo que recibió tratamiento combinado de ibuprofeno más paracetamol (P = 0,02)3. En ese mismo estudio, la diferencia de temperatura fue de solo 0,1 °C entre ambos grupos de comparación, a las seis horas de seguimiento3. En otro estudio se midió el porcentaje de niños que quedaron afebriles a las seis, siete y ocho horas de seguimiento, sin que existieran diferencias significativas a las seis horas, aunque sí a las siete y a las ocho horas a favor del tratamiento combinado4. Sin embargo, la diferencia de descenso térmico entre ambos grupos fue escasa, por lo que no pudo considerarse clínicamente importante (2,2 °C frente a 2,1 °C, respectivamente)4.
Por lo tanto, podemos concluir que el tratamiento combinado de ibuprofeno más paracetamol no es más eficaz que cualquiera de estos dos fármacos usados en monoterapia. Claro, que podemos ir aún más lejos: ¿es necesario tratar la fiebre en los niños? La fiebre es una respuesta fisiológica del organismo ante una infección. El aumento de la temperatura corporal es útil para impedir o dificultar la multiplicación de virus o y bacterias5. Otros estudios han puesto de manifiesto que administrar paracetamol antes de recibir una vacuna puede disminuir la respuesta inmunitaria en el niño6.
Los antitérmicos, además, no están exentos de efectos adversos. Se han publicado casos de toxicidad hepática con el uso de paracetamol administrado incluso en dosis normales7.
La fiebre no debería ser tratada siempre y de forma sistemática. Es necesario explicar a los padres que se trata únicamente de un síntoma de la enfermedad de su hijo (habitualmente una enfermedad banal) y que además la fiebre es de utilidad para combatir la enfermedad del niño.
Y, en aquellos casos en que se considere oportuno tratar la fiebre (en niños en los que les causa malestar general), el tratamiento debería realizarse con solo un fármaco.