El estudio sobre los hábitos de salud en la población escolarizada pone de manifiesto que existen situaciones no deseables que son consecuencia de comportamientos y estilos de vida que pueden afectar negativamente a los niveles de salud: sobrepeso, vida sedentaria, embarazos no deseados en los adolescentes, consumo excesivo de tabaco y alcohol, conductas drogodependientes, accidentes, conductas violentas, etc.
La atención a esta situación plantea la necesidad de que, además de los contenidos de Educación para la Salud (EPS) básicos recogidos en las distintas áreas del conocimiento del plan de estudio, se realicen proyectos que incidan en aspectos educativos específicos. La implementación de un proyecto implica utilizar métodos educativos de probada efectividad basados en la transparencia, la interactividad y la participación. Todo ello redundará en una mejora del estado de salud, del desarrollo personal del alumnado, de las capacidades educativas, de la satisfacción e incluso del rendimiento académico.
La salud es un recurso para la vida y como tal debemos aprender a manejarla. Los principales problemas de salud de los países desarrollados derivan de los estilos de vida y están relacionados con la alimentación, el ejercicio físico, los accidentes, el consumo de tabaco, alcohol y drogas, la vivencia sexual y la salud mental1,2.
La EPS tiene una función preventiva y correctiva que exige a la persona, a la familia y a otros grupos sociales los conocimientos y habilidades necesarios para la prevención y promoción de la salud que deriven en la capacitación de la persona en la gestión de su propia salud. Junto a la familia, la escuela es el escenario más idóneo para realizar una educación integral del alumnado. Todos los niños y niñas permanecen en la escuela muchas horas al día, durante una etapa de especial trascendencia para su evolución física, psíquica y social. El sistema educativo cuenta con valiosos recursos pedagógicos y estructurales: profesionales de la educación cualificados e instalaciones adecuadas que permiten una intervención progresiva desde la primera etapa de la vida. Sin embargo, su responsabilidad ha de ser compartida y sustentada con las instituciones políticas, sanitarias, las familias y la comunidad3. No se puede esperar que los centros de enseñanza solucionen los problemas de salud y sociales aisladamente sin tener en cuenta otras formas de actuación de salud pública.
Aunque la legislación actual (Ley Orgánica 2/2006 de educación [LOE]4) y otros reales decretos posteriores5-7 integran la EPS en el currículo escolar como tema transversal en todas las materias educativas (matemáticas, lengua, educación física…)8, la realidad demuestra que el profesorado y los profesionales sanitarios no participan en programas generales de EPS. Realizan actividades de promoción de la salud en el ámbito escolar, pero de forma puntual y esporádica, no de manera sistematizada e integrada en un programa, por lo que parece necesario implementar y desarrollar un plan educativo que incida en necesidades específicas.
La evidencia que ofrecen numerosos estudios realizados sugiere que las intervenciones de promoción de la salud en centros escolares resultan eficaces porque transmiten conocimientos, desarrollan habilidades y facilitan la elección de conductas positivas orientadas a la salud9. Desempeña un papel decisivo en el futuro estilo de vida, en la configuración de la conducta y en los valores sociales del individuo.
Las intervenciones más eficaces serían si:
Los programas que suelen fracasar son los que se realizan de forma puntual, carecen de planificación, con escasa implicación y formación de la plantilla de profesionales implicados y recursos limitados.
Por este motivo, desde distintas Administraciones, en el marco de conferencias y encuentros organizados por la Comisión de la Unión Europea, la Organización Mundial de la Salud y el Consejo de Europa, se establecen como estrategias proyectos desarrollados en marcos generales11,12. Especial relevancia merecen los proyectos de la Red Europea de Escuelas Promotoras de Salud (REEPS)13 y el proyecto educativo europeo COMENIUS14, que pretenden fomentar las relaciones y el entendimiento entre los países europeos en materia educativa. España también se adhiere a estos proyectos, promovidos y coordinados por las Consejerías de Sanidad y Consumo y de Educación. Son numerosos los centros educativos que, cumpliendo unos requisitos de inclusión, han participado en España y han funcionado favorablemente, con resultados eficaces15,16. Apoyados en sus principios, muchos otros proyectos se desarrollan en nuestro país con características y grados de implantación variables.
El análisis de la estructura y organización del sistema educativo y sanitario es fundamental17. La realidad demuestra carencias formativas de los profesionales de la salud, de la educación y de los agentes sociales18. Es importante la formación pregrado obligatoria en EPS en las titulaciones académicas de Ciencias de la Salud y de Ciencias de la Educación, especialmente en Magisterio, Pedagogía, Psicología, Medicina, Enfermería y Trabajo Social.
Y con respecto a la formación continuada, en Atención Primaria nos encontramos con dos limitaciones importantes: las actividades que se ofertan sobre EPS son escasas, siendo la mayoría dirigidas a patologías. La otra es la excesiva carga de trabajo que soporta la atención asistencial. Ambas dificultan la prestación de servicios relacionados con la prevención y la promoción de la salud individual y grupal. Además, existen enormes desigualdades a nivel de comunidades autónomas, provincias e incluso centros educativos en número de actividades, contenidos y metodología.
Otro problema añadido es la baja participación de los padres en la vida de los centros, planteándose la necesidad de formarlos.
La adopción de un plan de implementación de un programa educativo en EPS nos tiene que permitir definir19:
El modelo lógico debe explicitar claramente todos los aspectos que debemos seguir y de esta manera contribuir a que las personas que trabajan en él lo hagan con espíritu de equipo.
El conocimiento de las conductas de los escolares que pueden llegar a ser un problema de salud (Tabla 1) es fundamental para establecer los objetivos específicos educativos, orientados al aprendizaje de hábitos saludables. La aproximación a la realidad se puede obtener a través de encuestas, entrevistas a los participantes o de estudios ya publicados en el entorno más inmediato.
Tabla 1. Mostrar/ocultar
El análisis de la situación social, cultural, económica y sanitaria en las aulas nos aporta nuevas demandas, como la creciente indisciplina, la procedencia multicultural del alumnado, la prevención de problemáticas sociales relacionadas con la salud (como por ejemplo, las adicciones a las tecnologías de la información y comunicación) o posibles comportamientos insolidarios. Nos encontramos habitualmente con una sociedad que parece estar muy bien informada y, sin embargo, tiene altas dosis de desconocimientos y de errores. Es de destacar la influencia negativa de la publicidad y los medios de comunicación de masas para la adopción de estilos de vida saludables.
De acuerdo a estas nuevas necesidades, los educadores priorizan los temas, valoran la existencia de recursos y establecen objetivos. No se puede esperar que un proyecto abarque todas las necesidades existentes.
Nos permite valorar de forma realista nuestra capacidad real para aplicar el proyecto. Debemos estimar los recursos necesarios, la disponibilidad de apoyos externos y la posibilidad de coordinación entre ambos. No tener en cuenta este paso puede dar lugar a un elevado grado de desgaste y frustración de los responsables y del personal implicado.
Hay que tener en cuenta los recursos humanos y materiales con los que cuenta el equipo o el centro en el que se desarrollará el programa o proyecto:
Como recursos externos que puedan implicarse:
La clave para la formulación adecuada de objetivos consiste en conocer las necesidades y en definir las prioridades. De esta manera, se fijan objetivos generales y específicos que precisan indicadores que los definan y que permitan su evaluación posterior.
Existe la posibilidad de elegir un proyecto ya elaborado que se adecue a las necesidades. En España, durante la última década, diversas instituciones públicas y no gubernamentales han promovido prototipos de proyectos basados en criterios de efectividad16-19.
En esta fase describiremos de forma clara y a la vez sintética:
Como etapa inicial y previa a la implantación del proyecto, estableciendo mecanismos de monitorización de necesidades, se deben desarrollar programas de formación continuada acreditados según la normativa vigente, destinados a profesionales docentes y sociosanitarios.
La metodología preferida en EPS es aquella que conjuga la teoría y la práctica, presenta experiencias que han tenido éxito y fracaso y facilita la iniciativa del individuo. El libro de texto es un recurso pedagógico que no se ha demostrado eficaz, pues sus orientaciones no movilizan actitudes ni conductas20.
La metodología debe basarse en los siguientes principios:
Resulta necesario establecer recursos materiales sobre diferentes contenidos que faciliten el desarrollo de la EPS en las aulas, adaptados por etapas educativas (para cada curso) mediante actividades escolares, extraescolares e institucionales.
Dentro de las actividades de aula, ofrecidas a través de unidades didácticas, estarían una gran variedad de ellas21,22:
Actualmente se imponen las tecnologías de información y comunicación en las aulas. Los alumnos obtienen gran parte de la información a través de Internet: redes sociales, páginas web, blogs, etc. Por ello, hay que asesorar a los jóvenes hacia aquellos portales que ofrezcan un contenido fiable. Resultaría útil el diseño y puesta en funcionamiento de una página web o blog elaborados por el propio centro educativo o centro de salud, con contenidos de calidad científica y lenguaje apropiado a las etapas educativas. También la propuesta a los medios de comunicación de masas, de criterios de buena práctica en relación con EPS, con el fin de favorecer el desarrollo de la misma.
Por otro lado, es necesario desarrollar estrategias y actividades formativas para facilitar la intervención de las familias en la EPS de sus hijos (no pueden intervenir en la adicción de sus hijos a las nuevas tecnologías si desconocen su funcionamiento y aplicaciones). Es muy importante lograr coordinación con los orientadores familiares, mediadores sociales, psicopedagogos, asociaciones de padres y madres, salud mental, etc., para la promoción y puesta en marcha de escuelas de padres.
Adicionalmente, en ocasiones es necesario planificar el abordaje de casos específicos de niños con problemas de salud crónico.
La valoración de los resultados, reflejados en la memoria del proyecto, constituye un proceso que deberá realizarse de forma continua, durante el proyecto y al finalizar el mismo, y a largo y corto plazo. La evaluación del impacto debe comprender:
Los éxitos obtenidos serán un estímulo para la continuidad de las acciones educativas, para plantear la ampliación de cobertura y para establecer otras líneas de investigación en función de las variables que se muestren influyentes en el desarrollo de la EPS y/o en la evolución de los escolares.
La educación afectivo-sexual y la coeducación se hacen cada vez más necesarias en nuestra sociedad, ya que pese a parecer bien informada presenta errores que condicionan alteración del equilibrio emocional. La tasa relativamente alta de infecciones de transmisión sexual (ITS) entre los adolescentes que se vincula a un riesgo de infección por el virus de la inmunodeficiencia humana y el incremento de embarazos no deseados crea la necesidad de una educación sexual23. Dado que el desarrollo sexual no es un tema que se suela discutir en las familias y las comunidades de muchos países, el centro de enseñanza ofrece el escenario para que el estudiante pueda aprender sobre los aspectos biológicos y sociales de la sexualidad en las etapas adecuadas de la vida, en un entorno social y de apoyo, junto a los compañeros.
En la Ley Orgánica 2/2010, de 3 de marzo, de salud sexual y reproductiva24, se contempla la necesidad de la información y educación afectivo-sexual y reproductiva en los contenidos formales del sistema educativo, así como la adopción de programas educativos especialmente diseñados para la convivencia y relaciones de igualdad y respeto mutuo entre hombres y mujeres en el ámbito de la salud sexual.
Los aspectos que requieren intervención serían:
Otras necesidades detectadas:
Para conseguir los objetivos del programa, contamos con un equipo multidisciplinar. Los profesores del centro educativo y los profesionales de la salud del equipo de Atención Primaria desarrollarán de forma coordinada el programa. El orientador familiar del centro educativo toma el protagonismo en la coordinación de las actividades de EPS.
Mejorar la salud sexual y reproductiva de los adolescentes, así como prevenir el embarazo no deseado y las ITS.
De conocimientos
Al finalizar, los adolescentes estarán capacitados para:
De actitudes
La educación sexual debe comenzar desde las primeras edades e integrarse dentro de la formación general del alumnado de una forma sistemática y continua25.
Se realizarán reuniones conjuntas entre docentes y profesionales sanitarios para fijar los calendarios de las actividades de EPS. Las actividades de educación sexual se realizarán por cuatrimestres escolares teniendo en cuenta el nivel educativo, el factor cultural (inmigrantes, población gitana…) y la psicología evolutiva del alumnado. Los temas que proponemos para la etapa de secundaria (12-18 años) quedan reflejados en la Tabla 3.
Tabla 3. Mostrar/ocultar
La metodología que se empleará son técnicas grupales para una participación activa: diálogo por parejas, lluvia de ideas, subgrupos de discusión, preguntas anónimas, casos, lectura de texto, preguntas para reflexión, juegos, dramatizaciones… Se remarcará la confidencialidad de lo que se hable en el aula por parte de todos. Si se trata de grupos mayores de diez alumnos, es conveniente que impartan la sesión educativa dos profesionales (observador-reportero y conductor-monitor).
El centro incorporará la formación afectivo-sexual dirigida a las familias en el marco de las escuelas de padres y madres. Es importante que los estudiantes puedan hablar y discutir sobre sus sentimientos y opiniones en casa.
La evaluación del proyecto comprende no solo la evaluación del adolescente, sino también de las personas que impartan la educación afectivo-sexual, de la adecuación de los recursos materiales y humanos y del seguimiento metodológico del proyecto.
Los instrumentos evaluativos que vamos a emplear son:
El resultado permitirá elaborar la memoria del proyecto, reflejo del proceso y resultado del proyecto afectivo-sexual.
 Técnicas de grupo. Aplicación a la educación para la salud
Técnicas de grupo. Aplicación a la educación para la salud Introducción en educación para la salud: fundamentos, claves y conceptos básicos
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